Cada vez que soplaba la brisa salían dos o tres abejas a zumbar a mi alrededor. Escucho unos 3 pajaritos diferentes, su canto se mezcla con el sonar de la brisa al mover las hojas, también con bocinas haciendo al tráfico avanzar. ¡Que mezcla entre serenidad y caos! ¡Entre naturaleza y ciudad! Me doy un sorbito del jugo de acerola, uno de mis favoritos.
"Zajira, ¿verdad?" Últimamente todos pronuncian mi nombre mal y ya ni sé cómo me llamo. ¿En realidad importa?
Llegaron mis tostadas francesas, me considero catadora de tostadas francesas. Echo el syrup deliberadamente, pruebo el primer pedazo y automáticamente mis ojos se cierran. Al abrirlos, de frente, tengo la mirada fija de un bebé desde los brazos de su papá, no se si deseando mis tostadas o quedándose dormido lentamente.
Del cielo caen florecitas del árbol, las mismas que están polinizando las abejas. Ahora esas floresitas acompañan a las fresas que adornan mis tostadas y crean un mantel esparcido en la mesa.
Tomo un sorbo de café y me derrito en el asiento, me derrito como el sabor que baja caliente por mi garganta. La brisa mueve mis greñitas que se salen del moño. ¡Que paz!
Siento una mirada en mí, es el bebé, se está babeando, definitivamente está deseando mis tostadas francesas. @cafecomunion #santurce
-Z
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